Descripción

Una pareja joven se compra su primera vivienda y decide reformarla con un presupuesto muy ajustado. La vivienda con una antigüedad de 40 años necesitaba una reforma integral de instalaciones y acabados. Para reducir el presupuesto al máximo se realizó un diseño con la mínima intervención, centrándonos sobre todo en la demolición y ampliación de espacios. Se añadió el dormitorio contiguo al antiguo salón para duplicar su tamaño y se eliminó su puerta de entrada. La cocina se amplió hasta la línea del pasillo. y se adaptó una puerta corredera empotrada en tabique en cocina y baño, para así aprovechar al máximo sus metros cuadrados. Se colocó tarima flotante sobre el suelo existente, y se instaló carpintería plastificada en rodapiés, puertas y armarios, pero de tan buena calidad, que no es fácil diferenciarla de un lacado, ¡a no ser que seas un experto! El resultado fue una vivienda práctica, que ganó en amplitud, comodidad y mucha luz.