Descripción

El piso se encontraba bastante cuidado, pero con el desgaste habitual de una familia con dos niños. Los clientes, una pareja joven, y con gusto por el diseño, deciden hacer pequeños cambios que activen y renueven los espacios de la casa. El cambio más llamativo fue tirar el tabique de entrada al salón y sustituirlo por un “muro arpa” fabricado con cuerdas de esparto. Esto dio amplitud, permeabilidad, filtros de luz, sensaciones… Se puso tarima flotante en toda la casa, también, con un acabado muy natural y confortable. Se sustituyeron los frentes de armarios por tableros lacados blancos y se reformó el baño cambiando acabados, pero conservando el lavabo y espejo. Y por último se pintó toda la casa. El resultado fue una dosis grande de calidez en la vivienda por la combinación de materiales y luz natural.